sábado, 6 de julio de 2019

Biografía del Autor


Jorge Icaza Coronel fue un novelista y dramaturgo ecuatoriano. Nació el 10 de junio de 1906 y falleció el 26 de mayo de 1978 en Quito (Ecuador). Se graduó de la Universidad Central del Ecuador empezando a trabajar en Colombia como escritor y director teatral. Él había escrito seis obras teatrales, cuando en 1934 fue publicada su más célebre novela, Huasipungo, que le daría fama internacional y que lo llevaría a ser el escritor ecuatoriano más leído de la historia republicana. Es considerado junto con el boliviano Alcides Arguedas y el peruano Ciro Alegría Bazán como uno de los máximos representantes del ciclo de la narrativa indigenista del siglo XX.

En su primera novela, Huasipungo (1934), expone la degradada situación en que se encuentran los indios, sometidos a esclavitud por los patronos que cuentan con el apoyo de la autoridad civil y eclesiástica. Este libro, de denuncia social y crudo realismo (constantes de la narrativa de Icaza), se ha convertido en una obra fundamental en la evolución de la corriente indigenista del Ecuador. Con él, la novela ecuatoriana entra de lleno en la tendencia del compromiso social de la novelística actual.

Se decidió a estudiar Medicina en la Universidad Central del Ecuador, pero luego de la muerte de su padrastro y su madre, abandonó la carrera e hizo algunos cursos de declamación. Así, Icaza se convirtió en actor, lo cual le dio oportunidad de recorrer su país y descubrir la situación infrahumana del indio.

Tres años después del golpe militar del 9 de julio de 1925 estrena su primera pieza dramática, El intruso, comedia en tres actos. Durante el convulsionado período entre el golpe militar de 1925 y la revolución del 28 de mayo de 1944, Icaza escribió la mayor parte de su obra literaria.

Contrajo matrimonio con la actriz Marina Moncayo en 1936, y se inició como autor dramático, pero sus obras no tuvieron éxito, excepto tal vez Flagelo (1936). Hasta antes de su éxito fue empleado público en el Ministerio de Hacienda.



Marco Histórico- Literario de La Obra


Se menciona solamente el hecho del levantamiento de unos indios contra los abusos de los patrones de las haciendas.
Referencia al tiempo posterior del presidente Gabriel García Moreno que durante su segundo mandato, que fue de 1869 a 1875,
 “...En esa época el único que tuvo narices prácticas fue el Presidente García Moreno. Supo aprovechar la energía de los delincuentes y de los indios en la construcción de la carretera a Riobamba...”
En la obra se evidencia claramente los estatus sociales:
-Los de clase alta, conformados por Alfonso Pereira, Julio Pereira, los Hermanos Ruata, Mr. Chapy y el cura, que poseían buena ropa, tenían comida, eran los explotadores, y tenían el poder sobre los indios. Estatus social alto.
-Los de clase baja, conformados por los indios, los cholos, los mingueros, los chagras; poseen harapos, no tienen comida, son los oprimidos, son los explotados. Estatus social bajo.
En la obra pudimos ver que los que tienen bastante dinero son los de clase alta, ya que son capaces hasta de construir una carretera, para luego explotar petróleo; mientras que los de clase baja no tenían casi nada, ya que ni comida sana y saludable les otorgaban y apenas contaban a lo mucho con cinco sucres (moneda nacional de Ecuador), cuando a los de clase alta les había costado entre cinco y diez sucres la compra de cada indio.

Cronología


Jorge Icaza
1906
Jorge Icaza Coronel nace en Quito, Ecuador, el 10 de junio. Hijo de don José Antonio Icaza Manso y doña Carmen Amelia Coronel Pareja.
1909
Fallece su padre.
1910
Reside en la hacienda serrana de un tío materno.
1911
Su madre contrae matrimonio con don L. A. Peñaherra, de tendencia liberal alfarista.
1919
Del Colegio San Gabriel de los Jesuitas pasa al Instituto Nacional Mejía (laico), de Quito.
1924
Inicia sus estudios de Medicina en la Universidad de Quito.
1925
Fallece su padrastro.
1926
Fallece su madre.
1927
Inicia sus estudios de arte dramático en el Conservatorio Nacional de Quito.
1928
La Compañía Dramática Nacional, donde Icaza se desempeñó con papeles de “galán joven,” estrena su primera comedia, El intruso.
1929
La comedia sin nombre y Por el viejo (obras dramáticas).
1931
¿Cuál es?, estrenada por la Compañía de Variedades, y Como ellos quieren (obras dramáticas).
1932
Trabaja de oficinista en la Pagaduría General de la Provincia del Pichincha, Quito. Sin sentido (obra dramática).
1933
Publica la colección de cuentos Barro de la sierraLa misma incluye “Cachorros,” “Sed,” “Éxodo,” Desorientación,” “Interpretación” y “Mala pata.” Los tres últimos nunca se reeditarán. La versión de “Éxodo” que publica en 1961, solamente conserva el título de la original publicada en Barro de la sierra.
1934
Huasipungo. La novela obtiene el Premio de Novela Latinoamericana, convocado por la Revista América de Buenos Aires. Contribuye a formar la Sociedad de Escritores Ecuatorianos, junto con M. A. Carrión, J. de la Cuadra, A. Cuesta y cuesta, J. Fernández, E. Gallegos Lara, E. Gil Gilbert, Pablo Palacio, A. F. Rojas, H. Salvador y otros.  Nace su hija Cristina.
1935
En las calles . Recibe el Premio Nacional de Novela convocado por el Grupo América. Aparece la 2da edición de Huasipungo con un vocabulario agregado por Icaza.
1936
Flagelo. Obra dramática en un acto con un estudio de F. Ferrándiz Alborz (Feafa). La obra se publica pero no se estrena. Se casa con la actriz Marina Moncayo. Funda el Sindicato de Escritores y Artistas del Ecuador, del cual es Secretario General. Huasipungo. Esta edición incluye no sólo un vocabulario agregado por Icaza, sino también dos juicios críticos del escritor peruano Enrique S. Portugal, “Huasipungo” una novela sensacional” y “¿Qué significan las obras de Jorge Icaza?”
1937
Abre una librería en Quito. Publica CholosDirige la Revista del Sindicato de Escritores y Artistas del Ecuador.  Nace su hija Fenia.  Traducción al francés de Huasipungo.
1939
HuasipungoObra adaptada para los niños por Jorge Icaza y Juan O’Trebor. Con ilustraciones en color.
1940
Viaja a México donde participa del Congreso Indigenista de Pátzcuaro. Dicta conferencias en Costa Rica.  Se presenta Flagelo, en Buenos Aires, dentro del Noveno Ciclo de Teatro Polémico.
1942
Media vida deslumbrados, novela.  Viaja a EE.UU. a participar del I Seminario de Asuntos Latinoamericanos.
1944
Miembro titular y fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Quito.
1947
Vida y obra. Bibliografía. Antología.  Se presenta su ballet El amaño.
1948
Huairapamushcas.  Viaja a Venezuela a la asunción presidencial de Rómulo Gallegos.  Visita Cuba.
1949
-
1953
Agregado Cultural en Buenos Aires. En 1953 publica una nueva edición de HuasipungoSeis veces la muerte, edición argentina de Seis relatos. (Incluye “Barranca grande,” “Mama Pacha,” “El nuevo San Jorge,” “Contrabando,” “Rumbo al sur” y “Cholo Ashco”).  Icaza regresa al Ecuador.
1956
Viaja a Bolivia.
1957
Viaja al Perú, a participar del III Festival del Libro Hispanoamericano.
1958
El chulla Romero y Flores. La ciudad de Guayaquil lo condecora con la Medalla de Oro al Mérito Literario.
1959
“En la casa chola,” en Anales de la Universidad Central de Quito.  Asume el cargo de Director de la Biblioteca Nacional.
1960
Viejos cuentos.  Viaja por China, URSS, Checoslovaquia y Francia.
1961
Obras escogidas. Prólogo de F. Ferrandiz Alborz. La colección consta de cuatro novelas, a saber, HuasipungoEn las callesHuairapamushcasEl chulla Romero y Flores; y ocho cuentos: “Cachorros,” “Sed,” “Éxodo.” Los cuentos presentan modificaciones con respecto a los publicados en 1933, en Barro de la sierra. Obras escogidas también incluye los cinco primeros cuentos de Seis relatos. Viaja a Cuba, para mostrar su solidaridad con la Revolución. Cuatro obras de Jorge IcazaEcuadorian Novelist and Playwright Jorge Icaza Reading from his ProseAudio. 2 cintas. Duración aproximada: 39 minutos. Grabado el 2 y 3 de mayo en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, para el Archive of Hispanic Literature on Tape de los Estados Unidos de Norteamérica. Las cintas contienen: “Mama Pacha,” de Viejos cuentos (selección), Huasipungo (selecciones), El chulla Romero y Flores (selecciones de los capítulos 2, 7, 1, 7 y la conclusión). Traducción al italiano de Huasipungo. Edición de Giuseppe Bellini.
1963
Director de la Biblioteca Nacional de Ecuador. 3ra edición de HuasipungoObra adaptada para los niños, de Icaza y O’Trebor.
1964
Memoria para Jorge Icaza “Homenaje a la Casa de la Cultura Ecuatoriana en el XX aniversario de su fundación.” Traducción al inglés de Huasipungo./The villagers, a novelTraducción autorizada según la versión de 1953. Con introducción de Bernard M. Dulsey y prólogo de J. Cary Davis.
1967
Traducción al francés de Huasipungo realizada por Georges Pillement. Con frontispicio original de Enrique Marin.  Viaja a México a participar del II Congreso Latinoamericano de Escritores.
1969
Relatos. La obra consta de los ocho cuentos de Obras escogidas y además “En la casa chola” y “Cholo ashco.” Huasipungo. Versión teatral de la novela de Jorge Icaza por Marco Ordóñez Andrade. Es Profesor del Centro Andino de la Universidad de Nuevo México, con sede en Quito.
1970
-
1973
Embajador en Moscú, Polonia y la República Democrática de Alemania.  En 1970 el gobierno dictatorial de Velasco Ibarra prohíbe la representación de Huasipungo (versión dramática de Ordóñez Andrade) en la zona rural. Versión teatral de El chulla Romero y Flores, 1971.  En 1973 dicta conferencias en varias universidades norteamericanas.
1972
AtrapadosLa misma consta de tres volúmenes subtitulados: “El juramento,” “En la ficción” y “En la realidad.
1975
Teatro 3. Tres versiones libres. Incluye la adaptación teatral de la novela Huasipungo, de Jorge Icaza.
1977
Comienza a escribir las novelas Los Jáuregui y La Milagrosa.  Dejará ambas sin concluir. 
1978
Huasipungo para niños. Original de Jorge Icaza. Adaptación para los niños de Juan O’Trebor y Jorge Icaza. Ilustraciones de Ramiro JácomeFallece en Quito, el 26 de mayo. Huasipungo. Roman. Traducción al alemán.
1981
Ricardo Descalzi publica El huasipungo de Andrés Chiliquinga. Drama basado en la novela Huasipungo de Jorge Icaza.
1991
Ensayos sobre las obras de Jorge Icaza. Con una entrevista a este escritor de Enrique Ojeda. Con material nuevo. Publicado originalmente en 1961 como Cuatro obras de Jorge Icaza.
1993
Gloria y Jorge: cartas de amor y conflicto, de Claudia de Icaza. Cabuyas (relatos).

Resumen de La Obra


Cuando la obra se inicia, don Alfonso Pereira, dueño de la hacienda Cuchitambo, salió colérico una mañana de su casa dando un portazo y mascullando una veintena de maldiciones. 
Su hija, una niña inocente de diecisiete años, había sido deshonrada por un cholo de apellido Cumba: “Tonta. Mi deber de padre. 
Jamás consentiría que se case con un cholo.  Cholo por los cuatro costados del alma y del cuerpo.  Además… El desgraciado ha desaparecido.  Carajo…”, terminó diciendo Alfonso Pereira mientras coadyuvaba su mal humor los recuerdos de sus deudas, sobre todo los diez mil sucres que le debía a su tío Julio Pereira. 
No tardó éste en avecinarse al sobrino para hacer efectivo su cobro.  Sabiendo que el sobrino no tenía el dinero adeudado, don Julio Pereira se apresuró a proponerle un “negocio”.
Le dijo que Mr. Chapy, el gerente de la explotación de la maderera en el Ecuador, ofrecía traer maquinarias para explotar las excelentes madreras habidas en sus propiedades, lo cual exigiría limpiar de huasipungos (huasi: casa; pungo: puerta; parcela de tierra que otorga el dueño de la hacienda a la familia india por parte de su trabajo diario) las orillas del río.
Fueron muchas las objeciones que Alfonso Pereira puso a las proposiciones del tío, pero aun sabiendo que se metía en la boca del lobo, cedía al fin, ante el recuerdo de su honor manchado. 
En pocas semanas don Alfonso Pereira arregló cuentas y firmó papeles con el tío y Mr.  Chapy.
Y una mañana salió de Quito con su familia llegando a los pocos días al pueblo de Tomachi. 
La mitad del camino fueron cuatro indios quienes tuvieron que llevar sobre sus espaldas a don Alfonso, a su mujer doña Blanca Chaique de Pereira, madre de la distinguida familia, un jamón que pesaba lo menos ciento setenta libras.
Todo el camino el pensamiento de Lolita se centró en el recuerdo del indio al que ella se había entregado por amor, y que hasta ese momento no se explicaba por qué la había abandonado a su suerte. 
Rápidamente Alfonso Pereira visitó a muchos conocidos que el servirían para llevar a cabo su proyecto comprar, a base de engaños las tierras de los indios.
Para esto contaba con el párroco del pueblo in gran aliado, hombre ambicioso que protegido por su sotana, era capaz de las más bajas acciones a cambio de una comisión. 
Al poco tiempo, nació el hijo de Lolita, y como a la madre se le secó la leche, los esbirros al servicio de don Alfonso, se encargaron de buscar entre las indias la más apropiada para que diera de lactar al recién nacido. 
El cholo Policarpio, para congraciarse con su patrón, recurría a las acciones más inicuas.  Con tal de satisfacer a su amo, Policarpio desechaba en el acto a todas aquellas indias que tenían hijos desnutridos, que eran la mayoría como consecuencia de los constantes cólicos y diarreas que les provocaba la mazamorra guardada, las papas y ollucos descompuestos que tenían que ingerir sumidos en una miseria execrable. 
En pocos meses Alfonso Pereira terminó con el dinero que su tío le había dado; al saber que la leña y el carbón de madera tenían gran demanda ordenó iniciar la explotación en los bosques de la montaña.
El cholo Gabriel Rodríguez, conocido como el Tuerto Rodríguez fue encargado de dirigir los trabajos así como de mantener la disciplina de los indios, que en su mayoría fueron arrancados de sus hogares para cumplir con tan inhumano trabajo. 
Toda la peonada caía producto de la modorra del cansancio, sobre ponchos donde los piojos, las pulgas y hasta las garrapatas lograban hartarse de sangre. 
Cada cierto tiempo una treintena de indios eran arreados como bestias a limpiar la quebrada grande donde el agua se atoraba en los terrenos altos y había que limpiar el cauce del río.
De lo contrario, los fuertes desagües de los deshielos y de las tempestades de las cumbres romperían el dique se formaba constantemente con el lodo, precipitando hacia el valle una creciente turbia capaz de desbaratar el sistema de riego de la hacienda y arrancar con los huasipungos a las orillas del río. 
Los indios cuando sufrían algún accidente eran tratados con desgano y negligencia, uno de ellos, Andrés Chilinquinga, se hirió en el pie con el hacha cuando cortaba leña.
Fue tratado por un curandero quien tomó el pie hinchado del enfermo y en  la llaga purulenta repleta de gusanillos y de pus verdosa estampó un beso absorbente, voraz, de ventosa. 
Las quejas y espasmos del enfermo desembocaron pronto en un grito ensordecedor que le dejó inmóvil precipitándolo en el desmayo.
El curandero estaba seguro que al extraer esa masa viscosa de fetidez nauseabunda, había alejado del enfermo los demonios que estrangulaban la conciencia de la víctima.  Andrés quedó cojo y fue destinado a labor de espantapájaros. 
Las indias no estaban exentas de los vejámenes de don Alfonso, quien algunas veces, en combinación con el cura, abusaban  de éstas.  Dentro del compromiso que don Alfonso Pereira tenía con su tío y con Mr. Chapy, estaba el de construir un camino por el cual se transportaría las cosechas a la capital.
 Para ello contaba con la ayuda incondicional de los hermanos Rusta, de Jacinto Quintana y otros cholos influentes entre la indiada que estaban dispuestos a secundar cualquier bajeza del patrón, con tal de obtener alguna ganancia. 
Centenares de indios fueron sometidos con engaños a cumplir aquella ardua empresa que arrastraría a muchos de ellos a la tumba.
Al comienzo accedieron de buena gana a tan difícil tarea, ; pero el mal trato, la mala alimentación y el castigo físico, creó un rápido descontento  Jugo de caña fermentado en galpones con orines, carne podrida y zapatos viejos, fue repartido por orden de don Alfonso entre la indiada pro provocar  el embrutecimiento alcohólico necesario para el máximo rendimiento. 
A los pocos que se resistían a las inhumanas condiciones de trabajo, el Tuerto Rodríguez se encargaba de flagelarlos a punta de látigo, para luego obligarlos a beber aguardiente mezclado con zumo de hiera  mora, orín a de mujer preñada, gotas de limón  y excremento molido de cuy.  Era un brebaje preparado por e l mismo Tuerto y que él llamaba “medicina”. 
Los cholos tenían algunas preferencias, en cambio los indios debían soportar los peores trabajos, como aquél, en que perdieron la vida muchos al intentar drenar un pantano por donde debía pasar el camino.
El cura cumplía su trabajo a la perfección prometiendo grandes cuentos en las penas del purgatorio y del infierno para que indios y cholos no desistieran en el trabajo. 
Irónicamente a lo que acontecía en Tomachi, los medios publicitarios cubrieron la heroica hazaña del terrateniente y sus secuaces, llamándolos hombres emprendedores e inmaculados. 
Don Alfonso devoró una y otra vez los artículos que su tío Julio le enviaba constantemente.  Un lecho trágico vino a enlutar aún más a los indios de Tomachi, cuando un aluvión se precipitó arrasando todo lo que encontró a su paso. 
Para el único que esto no significó una sorpresa fue para don Alfonso, pues, cuando el cholo Po9licarpio y veinte indios más quisieron ir a limpiar el cauce del río para evitar el atoro del agua, don Alfonso se negó diciéndoles que todavía no era necesario.
En el fondo el ambicioso terrateniente sabía que la única forma de hacer desaparecer los huasipungos eran arrasándolos con un aluvión; ningún patrón había podido sacarlos, pues, los indos se había revelado siempre, pero ahora, era terrible masa fangosa llevaba consigo puertas de potreros, animales, arboles arrancado de raíces y cadáveres de niños que no habían podido escapar a tiempo de las fauces hambrientas del aluvión. 
Los indios culparon de la tragedia a Tancredo Gualacota, quien se había atrevido a pedirle al cura que hiciera una rebaja en el monto que tenía que donar a la iglesia para la Virgen de la Cuchara.
La furia y la desesperación  llevaron a los indios a dar muerte al huasipnguero, el cura aprovechó este hecho para manifestar que la desgracia era “Castigo de Dios”. 
Cholos e indios acoquinados por aquel temor se arrodillaban a los pies del fraile, soltaban la plata y le besaban humildemente las manos o la sotana.
Obtuvo el cura utilidades suficientes para comprarse un camión de transporte de carga y en autobús de pasajeros, dejando el buen número de arrieros que había a lo largo y a lo ancho de toda la comarca sin trabajo. 
El aluvión dejó como saldo una hambruna infernal entre la indiada: vanos fueron los requerimientos que se hicieran a don Alfonso, quien se negó rotundamente a darles alimento.  
Cuando Policarpio, que hacía de intermediario entre el patrón y los siervos se apersonó donde don Alfonso a manifestarle que uno de sus bueyes levaba muerto varios días y que los indios solicitaban les regalara la carne podrida; éste se negó, alegando que los indios no deberían probar una miga de carne, pues “Son como las fieras, se acostumbran”.
Ordenó que la sepultasen en el acto.  Policarpio hubo de azotar a los indios e indias encargados de sepultar al maloliente animal ya que estaban disputándose la carne con los gallinazos.  “Indios ladrones”, los llamó.
Pero el hambre pudo más que el temor a las órdenes del patrón y, protegidos por la oscuridad de la noche, varios indios, entre ellos Andrés Chiliquinga, se deslizaron con  sigilo de alimaña nocturna hasta la fosa donde yacía sepultado el animal, y luego de desenterrarlo, se disputaron el “preciado festín”. 

A los pocos días la Cunschi, la mujer de Andrés, moría como consecuencia de ingerir la carne putrefacta. 

Como era de esperar, don Alfonso se negó a soltar dinero para sepultar a la infeliz ´cuyo cuerpo, ya en estado descomposición, era velado en su choza por el desconsolado marido y algunos amigos-. 
El cura ofreció al pobre Andrés darle sepultura a la Cunschi, pero tendría que pagar treintaicinco sucres.
El indio, desesperado, solicitó un crédito; pero el ambicioso fraile le dijo que “En el otro mundo todo al contado”. Andrés deambuló por los senderos que trepan los cerros pensando qué hacer para conseguir el dinero para sepultar a su mujer.
En una vaca extraviada por esos lares creyó encontrar la solución a su problema.
 La vendió por cien sucres en un pueblo cercano donde no lo conocían, pero su hurto fue descubierto por los adulones de don Alfonso, quienes por orden de éste, lo flagelaron públicamente para que todos vieran el castigo que se infringía a los ladrones que faltaran el respeto al amo. 
De boca en boca corrió por el pueblo la noticia de la llegada de los señores gringos. 
Todas las banderas del pueblo adornaron las puertas y las ventanas para el gran recibimiento, pues, los indios estaban convencidos que aquellos señores saciarían su hambre; ni siquiera se detuvieron ante los indios, y en tres automóviles de lujo, fueron directamente a la casa de Alfonso Pereira. 
Los gringos exigieron a don Alfonso que desalojara a los indios de la loma del cerro, donde ya habían sido enviados después de ser desalojados por el aluvión, de las orillas del río.  “a cordillera oriental de estos andes está llena de petróleo”, dijeron los gringos. 
De acuerdo por lo ordenado por los señores gringos, don Alfonso contrató unos cuantos forajidos para desalojar a los indios de los huasipungos de la loma.
Grupo que capitaneado por el temible Tuerto Rodríguez y por los policías de Jacinto Quintana, la “Autoridad” de Tomachi, cumplió las ordenes con severidad, pero Andrés Chilinquinga, impulsado por su desesperación, se armó de coraje e incitó a todos los indios a defender con la vida su huasipungo. 
La multitud campesina, cada vez más nutrida y violenta con indios que llegaban de toda la comarca gritaban “Ñucanchic huasipungo” (nuestro huasipungo), mientras blandían amenazadoramente picas, hachas, machetes y palos, armas con que habían de defender hasta la muerte lo que les pertenecía. 
El primer encuentro duró hasta la noche; el Tuerto Rodríguez y Jacinto Quintana, sucumbieron ante la indiada enfurecida, que ni siquiera las balas, pudieron detener.  A la mañana siguiente fue atacado el caserío de la hacienda.
 Desde la capital, con la presteza con que las autoridades del gobierno atienden estos casos, fueron enviados doscientos hombres de infantería a sofocar la rebelión.  En los círculos sociales y gubernamentales la noticia circuló entre alardes de comentarios de indignación y órdenes heroicas:
“Que se les mate sin piedad a semejantes bandidos”.  “Que se acabe con ellos como hicieron otros pueblos más civilizados”.  “Hay que defender a las desinteresadas y civilizadoras empresas extranjeras”, fueron algunas de las consignas que alentaron al comandante que dirigió la masacre de Tomachi.
Las balas de los fusiles y las de las ametralladoras silenciaron en parte los gritos de la indiada rebelde.  El último en sucumbir con su hijo en brazos fue Andrés Chiquilinga, quien pagaba con su vida, el haberse atrevido a rebelarse a sus patrones.

Argumento


La actividad del pueblo gira entorno a la hacienda Cuchitambo, propiedad del terrateniente Alfonso Pereira. La hacienda de Pereira está en crisis económica, el consigue dinero firmando un contrato con una compañía extranjera que quiere construir una carretera para comunicar el territorio del interior para la explotación petrolera; Julio Pereira es el intermediario en el préstamo. Alfonso Pereira se convierte con otros personajes en instrumento de la penetración imperialista en la región y se ve obligado a quitar a los indios sus huasipungos.

Cunshi es obligada a ser la nodriza ilegitima de Pereira, el cura se encarga de evangelizar a los indios para obtener ganancias económicas y asimismo engañar a éstos para llevar a cabo la construcción de la carretera; a raíz de esto se hace un plan en el que consistía agrupar al pueblo con el motivo de la celebración de la Virgen de la Cuchara, y sería en esta cerca del mediodía de acuerdo con lo convenido, el teniente político, cura, mayordomo, miembros de la junta patriótica de los hermanos Ruata y Pereira, bloquearon las esquinas para llevar a la muchedumbre al final de la calle principal del pueblo y es aquí donde se les dice con mentiras que ellos con sus propias manos realizarán la carretera, lo cual conlleva a muertes, a enfermedades (paludismo), y al hambre. El desenlace se da a raíz de la muerte de Cunshi quien come carne podrida, la novela concluye con la comprensión de Chiliquinga de que lo único que puede hacer es rebelarse y resistir a la expropiación de sus huasipungos, pero la resistencia fracasa.

Análisis de Los Personajes


Alfonso Pereira
 Era el terrateniente y propietario de Cuchitambo y de los huasipungos, sus mejillas eran de ordinario rubicundas y lustrosas, gruesa figura de cejas pobladas, de profundas arrugas, labios secos y pálidos; y la salvación de su honor estaba antes de todo.

Andrés Chiliquinga
Es del único indio que vamos a presenciar la evolución de su conciencia, es el indio explotado que se revela ante el poder ideológico-religioso, y el amor de por Cunshi lo hace ir contra las reglas del trabajo obligatorio e infrahumano.

El Cura
 Hombre adúltero, es el que por medio de los sermones se encarga de infundir miedo a los indios, aprovechándose de ellos para obtener ganancias económicas.

Cunshi
Es la mujer de chiliquinga es sumisa y es abusada físicamente y sexual, por el terrateniente (Pereira) y hasta por su propio marido.

El teniente Político Jacinto Quintana
Cholo (Mestizo de sangre europea e indígena) de apergaminada robustez, se mudaba cada mes de ropa interior y los pies le olían a cuero, es la autoridad, y es manipulado por Pereira.

El Mayordomo Policarpo
Cholo con cabellera cerdosa, altanero con malos olores a agua ardiente y cuero podrido, este estaba inspirado por el ejemplo y la enseñanza del patrón

El teniente Político Jacinto Quintana

Cholo (Mestizo de sangre europea e indígena) de apergaminada robustez, se mudaba cada mes de ropa interior y los pies le olían a cuero, es la autoridad, y es manipulado por Pereira.

El Mayordomo Policarpo
Cholo con cabellera cerdosa, altanero con malos olores a agua ardiente y cuero podrido, este estaba inspirado por el ejemplo y la enseñanza del patrón

Julio Pereira poderoso tío de don Alfonso, quien le debía un dinero. El tío Julio tiene gruesa figura, cejas pobladas, cabellera entrecana y ojos de mirar retador. Tiene la costumbre de hablar en plural.

Doña Blanca Chanique
Esposa de Pereira, matrona de las iglesias.

Doña Lolit
 Hija adolescente de don Alfonso.

Policarpio
El mayordomo de la hacienda Cuchitambo de don Alfonso Pereira.

Jacinto Quintana
Mestizo de apergaminada robustez, teniente político del pueblo, cantinero y capataz. Corrupto y autoritario. Desprecia y maltrata a los indios.

Juana
Mestiza esposa de Jacinto Quintana que mantiene ocasionales relaciones amorosas con don Alfonso y el cura.

Gabriel Rodríguez
Conocido como el "tuerto Rodríguez", es un mestizo de gruesas y prietas facciones, mirada desafiante en su único ojo, de cinismo alelado y retador al responder o interrogar a la gente humilde.

Mr. Chappy
'Gringo' (estadounidense) interesado en las tierras de don Alfonso Pereira

Temas y Problemática de La Obra


Su Tema Principal 
-La explotación por parte de los hacendados hacia los indígenas.

Entre sus subtemas está:
-Pobreza extrema.
-Tala de árboles y destrucción de los bosques.
-La miserable vida del indio en el campo.
-La explotación de los esclavos.
-La cotidianidad en los huasipungos.
-Los asesinatos de indígenas.
-La protesta indígena.

Problemática de la Obra
El racismo, la servidumbre, la humullacion,
el oportunismo religioso.

Tiempo y Espacio

El Tiempo
 Es lineal ya que la narración tiene un comienzo y éste va evolucionando hasta que llega a su fin. El valor de la narración está en la construcción coherente de la trama.


El espacio de la novela Huasipungo
Se sitúa en su mayor parte en la hacienda Cuchitambo (propiedad de Alfonso Pereira), que esta situado a las afueras de la capital de Quito, Ecuador. Pero esta no sólo se realizó en dicho lugar ya que también al principio de la obra y conforme van pasando los sucesos se habla también de la capital de Quito y las afueras de la hacienda Cuchitambo.

Recursos Literarios


Recursos Formales
 Es cuando los indios movidos por el hambre y la desesperación van en la noche como almas en pena a través del campo y desentierran la res que emana un terrible olor fétido para luego dar de comer esta comida dañada a sus familias, y que en el caso del indio Chiliquinga terminaría con la vida de su Cunshi, lo cual le da un giro tremendo a la historia ya que él haría todo por darle una sepultura decente a su mujer, pero aquellas acciones desencadenan la más cruel reacción por parte del hacendado.


Recursos del contenido
Publicación de su primera novela, Huasipungo (1934), hizo que las autoridades ecuatorianas se arrepintieran de haber censurado su anterior obra teatral, pues el libro constituyó no sólo una salvaje crítica a la actitud de los terratenientes respecto de los indígenas, sino que, además, tuvo un enorme éxito de público y fue traducida a varios idiomas.

Figuras Literarias



1. Exclamación
Usada para exaltar lo grande y sublime de los pensamientos: "!Juanaa! ¡Aquí está el señor Cuchitambo!"


2. Prosopopeya
O personificación trata de atribuir cualidades de seres humanos a objetos inanimados: "El agua flagelaba sobre la tierra filtrándose por las gargantes de los cerros".


3. Hipotiposis
O descripción, trata de resaltar con suma vivacidad los objetos, personas, lugares que parece que los tenemos en frente: "El ferrocarril del sur, tren de via angosta penacho de humo nauseabundo, lluvia de chispas de fuego..."


4. Símil 

Se diferencia de la metáfora en la que hace notar expresamente el parecido de dos cosas comparándolas, diciendo esto es como aquello ejemplo:

  •  Hasta soltarse en un coro que era como el alarido de un animal sangrante acorralado en medio de de la indiferencia.
  •  Cobarde que le dejaron las impertinencias de los indios se echo de bruces en la cama como una mejer traicionada.

5. Duplicidad
Figura literaria donde el autor manifiesta duda o perplejidad sobre lo que va a decir ejemplo:

  • Parecían taita Dios.
  • ¿Cómo serán los guaguas?
  • ¿Beberán aguardiente pura?
  • No pasaron aquí
  • No hablaron con nosotros
  • Como hablaran, pes, con los pobres chagras



Vocabulario




-  Guiñachischa

Servicia a quien se le ha criado desde pequeña


  -   Guaimí
Hembra hábil en los quehaceres domésticos.


  -  Huasicama
Indio cuidador de la casa.


  -  Hoshota
 Alpargatas  de indio.


  -  Ari:


  -  Ashco. Perro


  -  Chuco
Seno materno


  -  Chuscos
Los hijos menores


  -   Dius su lu pay
Dios se lo pague


  -  Ña o ño
Niño o niña forma de tratar a los blancos sin especificar la edad


  -  Ñuco: mió


  -   pupo: ombligo


  -  Longo: indio o india joven


-         Macana: especie de chal de india


-          tupushina
Especie de pañuelo o chal que usa la mujer  india prendidos en los hombros


-         Chacraza
 Indio que cuida por las noches las sementeras



-          Chaguarmishqui
Bebida dulce, se saca de la sabia fermentada del cogollo del cabuyo.




Biografía del Autor

Jorge Icaza Coronel fue un novelista y dramaturgo ecuatoriano. Nació el 10 de junio de 1906 y falleció el 26 de mayo de 1978 en Quito (Ecu...